Hoy os dejo mi gustoso encuentro con Alberto López y Alfonso Sánchez, que estrenan Patente de Corso en el teatro Marquina de Madrid, una función para que el espectador pueda disfrutar de esta gran pareja cinematográfica que ya nos ha acompañado en grandes aventuras como El Mundo Es Nuestro, Allí Abajo, Ocho Apellidos Vascos y muy pronto en Ocho Apellidos Catalanes. Si queréis conocerles un poco mejor y saber como están viviendo este estreno teatral, no dejéis de leer la entrevista:
-Estaréis nerviosos ya por el estreno, imagino.
Alfonso: Un poco el nervio de siempre previo al partido y con ganas, pero pueden las ganas a los nervios.
Alberto: Sí, si, puede la ilusión, estamos contentos.
-Vuestra unión viene ya de largo, dos amigos que tienen además el orgullo y la pasión de poder trabajar juntos.
Alberto: Sí bueno, fue al revés, tuvimos el orgullo de trabajar juntos y luego nos convertimos en amigos y claro, con amigos es mucho mejor, más fácil.
Alfonso: Solo no puedes, con amigos sí.
-Además que qué va a haber mejor en el mundo que estar con amigos y trabajar en lo que más te gusta…
Alfonso: Sí la verdad que si, con mucho respeto, mucha admiración mutua, mucha capacidad de trabajo, mucho cariño y así la cocina y el arte salen mucho mejor.
-¿Qué sentimiento o momento os quedáis a día de hoy de Patente de Corso?
Alberto: A mí me gusta mucho el arranque, la función es una maravilla, dos horas con un auténtico carrousel de emociones, de altibajos anímicos, risas, lágrimas, reflexiones… pero como momento el arranque porque es muy vivo, muy eléctrico, te mete de lleno en la obra y es muy majareta.
Alfonso: Me quedo con la sensación que se produce en torno a ese bar de un lugar que no pertenece a ningún sitio y no está en el tiempo ni en el espacio y es como un sitio muy mágico… hay mucho en la función de Realismo Mágico y creo que el chiringuito del Beni es el símbolo del Realismo Mágico.
Si te dijese un momento me quedaría con el encuentro de los dos personajes al principio de la función, como dos tipos que no se conocen de nada acaban comunicándose. Es el arranque y me parece un momento muy especial.
-También el mensaje que dejáis…
Alfonso: Más que el mensaje la reflexión a la que invita el espectáculo, nosotros no queremos dar un mensaje ni una moraleja con la función, queremos invitar a la reflexión y a que el público no se vaya de la misma manera que ha entrado, pero no le invitamos a algo concreto sino a que reflexione un poco sobre su lugar en el mundo y que valoren un poco lo bueno que tienen dentro de cada uno, que nunca es lo mismo.
-Además que le dais una vuelta a los clásicos, que no a todo el mundo le atraen pero aquí lo hacéis de una forma muy atractiva.
Alfonso: Es cierto, es cátedra Arturo. En selectividad mucha gente se examina de artículos de Pérez Reverte, hay gente que nos ha comentado que el artículo que hemos leído o interpretado se examinaron de ello y les parece bonito porque lo hacen dramático y cercano al público, los hace viajar y valorarlo más allá del hecho académico.
-Pero siempre con vuestro toque personal.
Alberto: Esa fue una condición indispensable por parte de Arturo. Querían que no perdiesemos el sentido del humor y además si montas un espectáculo teatral y no le das tu sello personal lo descafeinas y es un poco ridículo. Creo que en espectáculos por encargo o siendo actor contratado o mercenario por una compañía tu siempre pones toda la carne en el asador y al menos eso quiero pensar de todos los actores compañeros y de todas las profesiones artísticas en realidad, si en el arte igual que en la vida no pones toda la carne en el asador estás perdido.
Alfonso: En ese punto de vista Arturo ha sido muy valiente y ha confiado plenamente en nuestro saber hacer y creo que no le hemos defraudado.
-Debe haber sido muy importante para vosotros como actores, personas y a todos los niveles…
Alfonso: Claro, tener ese grado de confianza por parte de Arturo, un señor como él con el nivel que tiene intelectual y también de vida, de experiencias, humano y a todos los niveles te coloca en un puesto de responsabilidad muy grande y superar eso es la mejor oposición que puede haber.
-Vamos, que impone mucho pero te hace enfrentarte a una parte de ti mismo importante…
Alfonso: Hay que ser valiente en la vida, responder a la valentía que él ha depositado en nosotros y de eso se trata, de asumir retos de toda la vida.
-Sino que gracia tendría todo… Habéis vivido ya varios proyectos juntos, pero ¿Qué tiene este de especial?
Alberto: Es un proyecto teatral con directo puro y duro, eso es diferente y no es peor pero si lo hace más vibrante, pero hemos vibrado en El Mundo es Nuestro, en cada corto, en cada gala… pero este tenía que ser teatral y cumplir la calidad del compromiso que le vamos dando a cada trabajo, la artesanía y buen oficio y lo diferente ha sido vernos encima de un escenario, estar dirigido por Alfonso, verle operar y disfrutar de su sabiduría teatral y su experiencia en el teatro. Me imagino que para él verme en un espectáculo de estas condiciones, afrontarlo y dar un paso más en mi carrera y por mi parte verlo crecer como director en un espectáculo como este y la responsabilidad que supone, dirigir un espectáculo basado en textos del maestro Pérez Reverte y que lo afronte sin miedo, sin complejos y con toda la experiencia que atesora es maravilloso.
-¿Cuál es vuestro momento más complejo y cuál vuestro favorito de la función?
Alberto: Ver un teatro vacío es el más complejo y el favorito cuando está lleno.
Alfonso: Yo que voy a decir… después de eso poca cosa (risas).
-¿Y qué banda sonora le pondriaís a esta función?
Alfonso: A Morricone.
Alberto: Yo soy muy ecléptico con la música pero si él ha dicho Morricone yo le pondría la Paquera de Jérez.
-Y si vuestra vida fuese una obra de teatro, una película o una serie de televisión, ¿cuál sería?
Alfonso: La mía es Rocky o Campeón, una de ellas seguro y las dos tienen que ver con el boxeo.
Alberto: Los bicivoladores, es una alegoría de que podría ser mi vida o La Strada, que tiene que ver con el teatro en la calle.
-¿Qué otra obra os gustaría poder llevar juntos al teatro?
Alfonso: Tengo claro una obra que me encantaría poder hacerla pero es complicado porque no entra en el tipo de teatro que la gente espera de nosotros y me encantaría hacer La Soledad en los Campos de Algodón del maestro Cortés con Alberto, pero es demasiada minoritaria y algo más comercial, La Extraña Pareja cuando seamos más mayores.
-Y ya por fin vamos a poder disfrutar de Ocho Apellidos Catalanes.
Alfonso: Ha sido exprés porque a principios de julio acabamos de rodarla y ya se va a estrenar en Noviembre, ha sido una carrera contra-reloj, continuaremos con este fenómeno sociológico a ver que pasa.
-¿Y qué os gustaría que hubiese ocurrido para la siguiente vez que nos volvamos a ver?
Alberto: Que sigamos alegres y vivos.
Alfonso: Que disfrutemos de la vida.
Esther Esteban, Madrid